IV CONCURSO DE MICRORRELATOS AUGUSTO MONTERROSO

Otra torta, otro castigo injustificado, parece que quizás lo único que desean es que por fin, un rayo me caiga encima y me parta en dos; defendiendo lo indefendible, su hijo preferido.
No puedo dormir, las cinco de la madrugada, ahora o nunca, está indefenso, ya estoy harto; cojo unas tijeras, me acerco a él y cuando lo voy a hacer ¡está despierto! Se da cuenta, me persigue, corro como si no hubiera mañana, me tropiezo en las escaleras y ¡me despierto! ¡Era un sueño, el corazón parece que se me sale! Cinco de la madrugada, manos a la obra…

Todos jugaban menos ellos dos. Quizás porque lo único que deseaban es que, por fín, un rayo les cayera encima y los partiera en dos. Enseguida que arreció la tormenta se abrazaron fuertemente y se quedaron allí, inmovíles, en la tormenta.

Camiseta de tirantes, piernas ágiles. Era un chico de color, en una ciudad tal que Nueva York. Esquivaba y saltaba, por fin los había perdido de vista; quizás, porque lo único que deseaba es que, por fin, un rayo le cayera encima y lo partiera en dos.
Pero fue su descuido, mirarse en ese cristal, y ver la última bala que no le haría correr más.

Quizás porque lo único que desean es que, por fin, un rayo les caiga encima y las parta en dos..., en dos ramas caídas para que así, muertas, puedan estar juntas para siempre.

Estaban frustrados, enfadados, quizás porque lo único que desean es que, por fin, un rayo les caiga encima y les parta en dos, ya que no ser solo es tan increíble como pensaban.

Están frustrados, enfadados, quizás porque lo único que desean es que, por fin, un rayo les caiga encima y les parta en dos, ya que ser solo uno no es tan increíble como pensaban.

Te adoro, eres el mejor maquina<3.

pd: soy roberto de hauwere

Salí de la ducha, me encontraba alegre, algo raro en mi.Generalmente me abruma aquí, después de un largo día acechándome.De día todo era una pesadilla.Me acosaban mis compañeros, no sabía porque,quizá porque lo único que deséan es que por fin les caiga un rayo encima y los parta en dos.Llorar no es tan penoso como parece, es agradable finalmente desahogar las penas sola, con el sonido del agua tapando los gritos ahogados, son mis preciados instantes.Y este cambio solo por él, esa mirada azul y esa sonrisa dedicada a mi amarga persona.

Y ellos siguen ahí, sin saber que hacer, quizás porque lo único que desean es que, por fin, un rayo les caiga encima y los parta en dos.