I CONCURSO DE MICRO-RELATOS AUGUSTO MONTERROSO

Era un día caluroso de verano, en el que todo el mundo iba a la playa o la piscina aunque solo fueran las nueve de la mañana. Alicia sin saber porque ni como arruino aquel perfecto día, el hecho es que Alicia saco un pie fuera de casa y abrió un paraguas. Lo que era un cielo azul poco a poco paso a ser gris, y, lo que era un brisa paso a ser viento, y por ultimo lo que eran rayos de sol paso a ser lluvia. Me tuve que quedar en casa...

Algo raro había ocurrido esa noche, yo quise comprobarlo. Escuché sonidos que no eran normales, me desperté y bajé a la cocina. Allí estaba mi madre tumbada, no había nadie, yo empecé a llorar, mi padre me dijo que subiera a la habitación, ahora iría él.

Una pareja estaban ensu cuarto y escucharon algo en la planta baja bajaron los dos y era un ladron y le dijo el ladron como te llamas antonio y la mujer antoniajajajajajaaj.......

Un día fui a la casa de Pilar y me quede a dormir, por la noche vimos una película de miedo. A media noche me desvelé y vi una sombra en el espejo y al final vi que todo era un sueño.

Una vez le dije señora a la señorita mando ella me mando patras y me puso muchas copias pero yo le hice la mitad jajajaja......

Carmen, salió a dar una vuelta con su amiga y tuvieron un accidente, en el que su amiga murió y ella se quedó inválida.
Cuando despertó, se dio cuenta de que todo había sido un sueño.

Cae la tarde en el pub O'Lette, una tarde como otra cualquiera. Transparentes rayos se filtran por ambarinos cristales, mientras los clientes, alrededor de la barra, beben. Fue éste un duro día de trabajo, lleno de gozo, mas también de sufrimiento y hastío, recuerdos que deben desaparecer, fluir, antes de por la ebúrnea puerta salir al exterior. Anquises, uno de los clientes habituales, entra con su errante hijo y le describe el local. Cae la tarde en el pub O'Lette y los clientes beben para olvidar. Olvidar sus sueños, olvidar su mal.

Yo estaba allí un lugar extraño, me sentía raro. Personas que me odiaban me extendían la mano y mi mejores amigos no me dirigían palabra. ¡No entendía nada!. Yo no paraba de mirar para todas partes pero no encontraba solución. En un momento de distracción sentí una mano en mi hombro. En el momento de darme la vuelta. Desperté.

Yo estaba allí un lugar extraño, me sentía raro. Personas que me odiaban me extendían la mano y mi mejores amigos no me dirigían palabra. ¡No entendía nada!. Yo no paraba de mirar para todas partes pero no encontraba solución. En un momento de distracción sentí una mano en mi hombre. En el momento de de darme la vuelta. Desperté.

Este es mi regalo, abuelo. Ábrelo. Deja que te ayude si no puedes. ¿A que es bonito? Un pequeño cuaderno de princesas con cien hojas de colores. Mira, puedes arrancarlas, así. ¿Lo ves? En cada hoja he escrito una palabra. Cama, mesa, silla, armario, lámpara, espejo, baño. Todo lo que tienes aquí, en tu cuarto, en la residencia. Mira, las hojas son adhesivas. Ahora te ayudaré a pegarlas todas. Todas menos una, la que he prendido a mi vestido nuevo. Mira, he escrito en ella Alicia. Así no tendrás que improvisar más excusas cuando no logres recordar mi nombre.