15 de agosto de 1780

Fecha: 28.10.2016 | Autor: Maria Jose Cano Garcia


Hoy es un día de otoño. El día amanece nublado y hace frio. Me despierto muy temprano como todos los días , me visto con todas las ropa que tengo en la silla ; me pongo unas medias oscuras de lana que están llenas de roto, una falda larga, un mandil, una camisa raída unas alpargatas negras y viejas . Por ultimo , me echo un chal
por encima de los hombros huele a pescado, pero ya estoy acostumbrada , llevo diez años montando mi puesto en la plaza Mayor de la ciudad .
Como todas las mañanas , desayuno un vaso de café de malta y salgo de casa con varias cestas . Me acerco al rio que atraviesa la ciudad . Debajo del puente unos pescadores me venden : barbos, techas y carpas . Mi hijo de diez año me ayuda a llevar las tres cestas de pescado hasta la plaza Mayor. Me pongo a preparar el puesto de pescadera, tengo tres cestas de mimbre, una para cada clase de pescado.
El almuerzo lo hago en el puesto, consiste en un mendrugo de pan. Cuando cae la noche, recojo el puesto, apenas ha habido gente hoy en el mercado, no he tenido un buen día, la venta ha sido mala, tengo las cestas llenas de pescado y no llega a un real en el bolsillo. Me voy a casa, me acerco a la fuente y traigo agua para lavarme y hacer la cena; me lavo un poco y preparo la comida, hoy cenamos trucha frita que es lo que me ha sobrado del puesto. Después de cenar recojo la mesa y me voy a la cama, me quito las alpargatas, el chal, la camisa, el mandil, la falda y las medias que pongo en la silla para el día siguiente. Apago el candil y me meto en la cama, estoy cansadísima.

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